¿Alguna vez has escuchado de una enfermedad ocular que se relaciona estrechamente con el dolor severo en la frente, visión borrosa, irritación de los ojos, náuseas, vómitos y dolores de cabeza? De ser así, has conocido los síntomas del glaucoma.
Este se caracteriza por ser una enfermedad del nervio óptico que suele ser crónica y progresiva. Para que puedas tener una idea más detallada del tema, en el siguiente artículo, el doctor Alberto Dios Alemán, especialista en el área de oftalmología, explica más sobre esta afección.
¿Qué es el glaucoma?
Como se explicó anteriormente, el glaucoma es una enfermedad del nervio óptico que suele ser crónica y progresiva. Generalmente se asocia a un deterioro progresivo del campo visual, el cual suele estar acompañado del aumento de la presión intraocular.
En sus etapas finales, suele estar ligada a una pérdida severa de la visión. Asimismo, el paciente presenta una notoria discapacidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la segunda causa de ceguera a nivel mundial después de la catarata, y la primera causa de ceguera irreversible.
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¿Cuáles son las causas del glaucoma?
El ojo produce humor acuoso constantemente. A medida que fluye uno nuevo en él, debe drenarse la misma cantidad. Este se drena a través de un área llamada ángulo de drenaje. Este proceso se encarga de mantener la presión en el ojo, o presión intraocular, estable.
No obstante, si el ángulo de drenaje no está funcionando correctamente, es posible que el fluido se acumule. Por consecuencia, la presión interior del ojo aumenta y esto daña el nervio óptico.
Este está compuesto por más de un millón de fibras nerviosas pequeñas, similar a un cable eléctrico. Cuando estas fibras mueren, es posible que la persona presente puntos ciegos de visión. Lo más probable que, de ocurrirte, no lo notes hasta que hayan muerto la mayoría de las fibras. Cuando ocurre, significa que estás propenso a quedarte ciego.
¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
El glaucoma de ángulo abierto no presenta signos notorios. Por lo tanto, de poseerlo, lo más probable es que no lo percibas a menos que la enfermedad haya progresado significativamente. En ese caso, se desarrollarán puntos ciegos en la visión periférica. Cuando esto ocurra, el daño será lo suficientemente grave y existe la posibilidad de que te quedes ciego.
Si el glaucoma es de ángulo cerrado, el paciente no presentará síntomas antes de un ataque. Estos pueden incluir visión borrosa, halos de luz, dolores de cabeza leves y dolores en el ojo. En casos severos, también pueden presentar náuseas.
¿Cuál es el tratamiento contra el glaucoma?
Por fortuna, el daño de esta enfermedad puede ser controlado con la reducción de la presión intraocular a un rango de seguridad que evite su progresión. A este se le denomina presión intraocular meta. Así, los factores considerados para calcularla son los siguientes:
- Estadio anatómico, funcional y clínico del glaucoma
- Valor de la PIO basal previa al tratamiento.
- Edad / Expectativa de vida.
- Condición del ojo contralateral
- Historia de la enfermedad
- Otros factores de riesgo
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El tratamiento, por lo tanto, busca controlar la presión en el rango de la presión intraocular meta, detener el daño en el nervio óptico, en la capa de fibras nerviosas que lo conforman; y con ello, detener los defectos del campo visual.
Para lograrlo, generalmente se usan medicamentos tópicos en forma de gotas oftálmicas. Sin embargo, en caso de que estas fallen, deben ser sustituidas hasta encontrar el tratamiento médico efectivo.
En caso de que el daño persista, se opta por la terapia láser o cirugía incisional. Para la primera opción, existe la trabeculoplastia selectiva láser, la iridotomía láser, la iridoplastia láser y, en casos muy avanzados, la ciclofotocoagulación láser micro pulsada.
Las cirugías incisionales se recomiendan en casos en que no se llega a alcanzar la presión intraocular meta con medicamentos ni terapia láser. Las más usadas son la trabeculectomía, goniosinequiolisis, implante de drenaje, cirugías microincisionales, o combinaciones de estas.
Es importante recordar que el glaucoma es una enfermedad usualmente asintomática y crónica, por lo que es necesario que el paciente muestre compromiso con el tratamiento. Esto debido a que puede ser múltiple, prolongado, costoso y con algunos efectos colaterales.
Es posible que cuentes con la mejor terapia médica para poder evitar que el glaucoma empeore. Sin embargo, si no estás dispuesto a seguirla al pie de la letra y continuar con las recomendaciones del especialista, no servirá de mucho.
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