Los problemas en la vesícula biliar son más frecuentes en mujeres que en hombres, especialmente a partir de los 40 años. Esto se debe a factores hormonales, fisiológicos y de estilo de vida que aumentan el riesgo de cálculos biliares, inflamación o disfunción de este pequeño órgano.
Reconocer los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento simple y una complicación grave, por eso es importante agendar una cita médica en línea ante cualquier malestar.
¿Qué función cumple la vesícula biliar y por qué puede fallar?
La vesícula biliar es un órgano pequeño con forma de pera que se encuentra justo debajo del hígado. Su función principal es almacenar, concentrar y liberar bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas y en la absorción de vitaminas como la A, D, E y K. Cuando la vesícula biliar no funciona correctamente, la digestión se ve afectada y pueden aparecer una serie de síntomas que es importante no ignorar.
Entre los problemas más comunes se encuentran:
- Cálculos biliares (litiasis): pequeños cristales que obstruyen el flujo de bilis.
- Colecistitis: inflamación de la vesícula, muchas veces causada por los cálculos.
- Disquinesia biliar: problemas en la contracción de la vesícula que dificultan su vaciado.
- Cáncer de vesícula: es poco común, pero más probable en mujeres con inflamación crónica o antecedentes familiares.
¿Por qué las mujeres tienen más riesgo?
El estrógeno, una de las principales hormonas femeninas, aumenta la concentración de colesterol en la bilis, lo que favorece la formación de cálculos. Además, durante el embarazo los cambios hormonales y la disminución del vaciado vesicular también incrementan el riesgo.
Otros factores que influyen son:
- Obesidad o sobrepeso
- Dietas ricas en grasas y azúcares
- Sedentarismo
- Uso de anticonceptivos orales o terapias hormonales
- Antecedentes familiares
- Enfermedades como la diabetes o enfermedad renal crónica
Principales síntomas de problemas de vesícula en mujeres
Aunque algunas personas pueden no tener síntomas, muchas mujeres sí experimentan molestias claras. El síntoma más característico es el dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, que puede irradiar hacia la espalda o el hombro derecho.
Otros signos frecuentes incluyen:
- Náuseas y vómitos, especialmente después de comidas grasas
- Fiebre, en caso de inflamación o infección
- Hiporexia (pérdida del apetito)
- Sensación de llenura o distensión abdominal
- Dolor en la parte alta de la espalda
- Diarrea o estreñimiento
Estos síntomas pueden ser intermitentes, pero no deben ignorarse. En casos avanzados, incluso puede aparecer ictericia (coloración amarilla de la piel y ojos) por obstrucción de las vías biliares.
¿Es siempre la vesícula la causa del dolor abdominal derecho?
No necesariamente. El dolor en esta zona también puede estar asociado a otras afecciones como apendicitis, infecciones urinarias, problemas renales, enfermedades intestinales o trastornos ginecológicos como quistes ováricos. Por eso es clave un diagnóstico médico adecuado, que incluya historia clínica, examen físico y estudios auxiliares.
¿Cómo afectan los problemas de vesícula a la digestión?
Cuando la vesícula no funciona correctamente, la digestión de las grasas se ve alterada. Esto puede causar síntomas como:
- Diarrea y flatulencias
- Dolor o pesadez abdominal después de comer
- Distensión o hinchazón
- Deficiencias nutricionales por mala absorción de vitaminas liposolubles
Además, la alteración en la producción y liberación de bilis puede afectar el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que empeora los síntomas digestivos.
Diagnóstico y estudios necesarios
El diagnóstico comienza con una evaluación clínica completa. Luego se pueden solicitar estudios como:
- Ecografía abdominal: es la prueba más usada para detectar cálculos o inflamación.
- Tomografía o resonancia magnética: ofrecen imágenes más detalladas si hay dudas.
- CPRE (Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica): permite visualizar y tratar obstrucciones biliares.
- Análisis de sangre: ayudan a evaluar infección, inflamación o alteración del hígado.
Complicaciones si no se trata a tiempo
Los problemas en la vesícula pueden agravarse si no se tratan. Algunas complicaciones incluyen:
- Colecistitis aguda o gangrenosa
- Abscesos vesiculares
- Peritonitis por perforación
- Daño hepático progresivo
- Cáncer de vesícula biliar
- Pancreatitis biliar (inflamación del páncreas)
Todas estas situaciones requieren atención médica urgente. Por eso, si presentas síntomas, acude a tu gastroenterólogo o médico de cabecera para una evaluación oportuna.
¿Cuándo es necesaria la cirugía?
La colecistectomía o extirpación de la vesícula biliar es el tratamiento de elección en casos de:
- Cálculos con síntomas frecuentes
- Colecistitis aguda o crónica
- Pancreatitis de origen biliar
- Cáncer de vesícula
Este procedimiento se realiza comúnmente por laparoscopía, permitiendo una recuperación más rápida.
Alimentación después de la cirugía
Tras una colecistectomía, el sistema digestivo necesita adaptarse. Es recomendable seguir una dieta baja en grasas, rica en fibra y con porciones pequeñas. Evita frituras, embutidos, lácteos enteros, alimentos muy condimentados o picantes. También es importante mantener una buena hidratación y evitar el alcohol.
Con el tiempo, muchas personas vuelven a una alimentación casi normal, pero siempre es mejor recibir la orientación de un nutricionista. Un especialista puede evaluar cada caso y brindar pautas personalizadas, por eso es recomendable sacar una cita médica para asegurar una recuperación adecuada y prevenir nuevas molestias.